Me despierto. Agradezco que haya sido por mis propios medios y no por la señora que vende tamales, quiero creer que hoy no salió a vender porque ayer los vendió todos, y no porque los Serenos la botaron.
Hago mi scaneo de rigor de todas las mañanas. No me es necesario abrir los ojos para darme cuenta que “amanecí”.
A los 36 años, el primer pensamiento que viene cada mañana a mi cabeza es “Bien csm! No me morí mientras dormía!”
Debo confesar que extraño amanecer a los 26 años, cuando el primer pensamiento era “Bien Csm!!! No perdí la billetera y el celular!!!” ó a los 15 años cuando ni bien abría los ojos llamaba a alguna amiga para corroborar que realmente había bailado con él “Malbicho”.
Me siento en el borde de mi cama y prendo mi reloj, es necesario poder medirme las palpitaciones y la saturación antes de empezar el día, no vaya a ser que ya esté algo mal y no lo pueda identificar a tiempo.
Cambio la fecha en mi almanaque de madera azul. Me lo compré en Canadá en el año 2000, estaba en remate en una tienda de cañas de pescar (Solo el universo sabe qué hacía yo a los 14 años en medio de San Puta, Canadá, entrando a una tienda para pecadores)
Lo que sí me acuerdo es que dentro olía a mar, a sal, a pescado, y al lado de la caja estaba este almanaque, que era una cajita con 5 bloques de madera, en la parte de arriba había una boya roja y escrito decía “I´d rather be fishing!”. Lo vi y lo compré, no solo porque lo habían rebajado de 19.99 a 2.99 dólares, sino porque las únicas veces que he pescado en mi vida, ha sido en el mar de Pucusana, dos borrachitos y un par de tabas, así que por qué no, no?
Ya estoy de pie, así que ya estoy medianamente tranquila porque ya me di cuenta que mis extremidades responden. Ayer me fui a dormir con intención. Irme a dormir con “intención” para mí significa, irme a dormir porque me siento como el decodificador del cable, que igual cumple su función, pero te das cuenta que está una miérdesima de segundo más lento de lo normal, entonces decides desenchufarlo para ver qué pasa. Casi casi como soplar el cartucho de Nintendo para que funcione bien y no se ralle.
Empiezo a hacer un recuento mental de motivos por los que me puedo estar sintiendo así:
-No le debo plata a nadie, no?
-Me he olvidado de mandar algún correo de chamba?
-La he cagado en algo? He mandado a la mierda algún actor o director y no me acuerdo?
-Comí carne antes de dormir?
-Será que me duele la espalda porque se está reduciendo la capacidad de mis pulmones? Debería ir a la clínica a que me saquen placas?
-Seguro es porque no le he mandado lo que le tengo que mandar a Pepo.
-No! Es porque no he mandado lo que tengo que mandar a la UPAO.
-Chucha, mi grupo de la Maestría no ha respondido el mensaje de ayer. CSM! Seguro ya me sacaron del grupo putamadre!
-No debí haber hablado de las restricciones de salida de menores de edad en nuestro zoom party de Jalowin.
-Si Candela lleva vacacional va a ser mi culpa.
-Por qué mierda le di like a las fotos de este huevón? Debí haber escuchado a Nuri. YAQUECHUCHA.
-Hace cuánto no me gusta alguien?
-Me olvidé de grabar la función ayer, nadie me hizo acordar.
-No debí haber comprado ese par de zapatos en Zara.
-Creo que el doctor no desinfectó bien la cojudecita esa para medir la vista. El COVID se pegará a la córnea?
-Creo que la cagué ayer con mi ritual de Luna Llena. Ni bien quemé el papelito de las intenciones se apagó la vela.
-No me acuerdo si ayer me desinfecté bien las manos después de pagar el estacionamiento del Jockey.
-Debí haberlos saludado en H&M?
-Es porque estoy ovulando?
-Ayer no lloré
Creo que es por la Luna Llena. Siempre me siento rara, y más cuando hay luna llena. También debe ser la rectificación cervical que tengo hace 3 años, y que orgullosamente debo decir que, no deja de sorprender a terapistas y reflexólogos limeños. De hecho hace un mes en mi última cita, la terapista me preguntó si no estaba teniendo episodios de vértigo. “Ay Ericka!!!” le dije y me reí. Si supiera que casi todas las noches le pregunto a Cande “Fue Temblor?”
Felizmente mi grupo de la maestría me respondió, nos juntamos un par de horas en la mañana, yo mandé el link del zoom. “Yo mando link” es el nuevo “Yo imprimo”. Como en las clases mismas, soy la única que entra con la cámara prendida, a veces ni el profe la prende. (La segunda semana me preguntaron si prendía la cámara por chancona, “No chancona, pero palta que el profe le esté hablando a la pantalla en negro no?” les dije. Si supieran que la tengo prendida por si me desmayo. No vaya a ser que me descacane en plena clase y nadie se dé cuenta. Veo mi cara de recién despertada, me puse aretes, pero igual estoy hecha mierda. Ya quisiera tener la cara de la China Suarez cuando sube sus historias en IG a las 5:00am dando de lactar, después de haber dado a luz por tercera vez, post-casi divorcio. Pero bueno, me digo a mi misma: “Se hace lo que buenamente se puede”.
Aprovecho en verme en la pantalla, chequear si de pronto estoy teniendo espasmos o parálisis facial y no me estoy dando cuenta. En simultáneo estoy aportando a la discusión, me sorprendo de mi misma. Cada idea que doy, alguien dice “ Eso mismo, pongamos lo que dice Grazia!” y digo “Mierda! Buena, Grazia!”. Mientras vamos “debatiendo” me doy cuenta que fui la única que leyó la lectura en inglés y pienso que ya la cagué, pero de pronto leo en la pantalla compartida que están todos mis comentarios en negrita.
Abro mi libreta, una Moleskine que me regaló Adrián un día antes que le pida una reunión para renunciar. Es hermosa, es turquesa, y a la pobre le meto mierda y media. Es la única manera que tengo de no olvidarme de las cosas. Casi por la mitad tengo una sección que se llama “Webadas que le tengo que decir a Candela”
Es información clasificada que he ido recabando a lo largo de mi vida, cosas que he aprendido a veces a la mala, o cosas realmente innecesarias como “la manera correcta de cortar el limón”, pero que creo le van a servir.
Ya a estas alturas no me debería dar vergüenza confesar que, la principal razón por la que las escribo es porque tengo miedo de morirme mañana y no haber tenido tiempo para decirle todo.
Agrego rápidamente:
-Estudia Inglés. Cande, te hablo desde el futuro, no sabes lo útil que es. No te pido que seas una marciana como yo que de pura loca elegí mis electivos en la universidad Italiano y Chino Mandarín, pero te juro que el inglés y francés te pueden salvar la vida, el día y hasta el gileo.
Hago una revisadita rápida de algunas anteriores:
-Nunca abras la refri sin zapatos, menos recién salida del mar como yo en la playa a los 13 años. Te quedas pegada Cande, como en “El Chavo” (busca ese capítulo en Youtube)
-En el avión nunca guardes cosas (importantes) en el bolsillo del asiento de adelante, menos tu billetera como yo regresando de Chile en el ´99
-Siempre trata de llevar doble de todo lo que puedas. Dos lápices para el examen, dos frazadas para los campamentos, dos pares de guantes para las construcciones, dos botellas de agua, dos toallas higiénicas, dos condones, dos pares de medias, dos regalos para el amigo secreto de fin de año (siempre hay alguien que no lleva, no hay nada peor que no recibir regalo, así sea un cortaúñas) y siempre siempre siempre, papel higiénico.
-Eres más que tu trabajo. Así sientas que sin ti las cosas no funcionan, te juro por mi vida que no eres indispensable. Hazlo por tu tranquilidad mental.
-Si alguien tiene un moco al aire, un pedazo de comida en el diente, se ha manchado con la regla o tiene el cierre abierto, lo llamas a un lado, y en voz baja le dices “Anda al baño tranqui, tienes xxx”
-Antes de sentarte en donde sea, chequea que todos tengan donde sentarse.
-Para que te alcance mejor la torta, chifón o panetón, lo partes horizontal en dos o hasta en tres pisos (dependiendo la cantidad de gente) luego partes en porciones. Si alguien se queja le dices “Como diría mi abuela, es un gustito”
-Cuando lleves a alguien a su casa, asegúrate que entre, y te despides.
-No te quedes con la ropa de baño mojada mucho tiempo, hay infecciones que realmente dan flojera.
-Cuando veas que a alguien no le alcanza para algo (pagar el almuerzo, ir al concierto, la entrada al cine) y por eso no va a ir, tú le dices “A la seca” juegan, sacas dos microsegundos después, pierdes y le dices “Yo invito!”
…
Termina el zoom, y sigo sintiendo lo que siento. Ahora tengo como un dolorcito que jode en la espalda baja, puede que sean los riñones, pienso. Me acuerdo que acabo de hacer pichi y que no vi nada raro. Solo por si acaso, googleo.
Estoy retrasando mi rutina de ejercicio. Rutina es un decir, por 30 min hago cardio y pesas. Me estiro, arco para adelante y arco para atrás. (Debo decir que aún me sorprendo de mis habilidades gimnásticas). Igual tranqui, no vaya a ser que me reviente algo en la cabeza. A veces tengo un dolor medio cojudo en la nuca, ya lo busqué en Google, puede ser desde mala postura para leer hasta un aneurisma, uno nunca sabe.
Empiezo a limpiar mi cuarto. Qué cantidad de cojudeces que tengo, pero uno nunca sabe cuándo Jordana va a necesitar algo para una obra.
Pongo “Misterios sin resolver” para distraerme, todo lo que estoy viendo me puede pasar a mí. Listo!
Termino de hacer ejercicios y espero que mis palpitaciones regresen a su frecuencia regular. Me meto a la ducha, no sin antes anunciarme por lo menos 4 veces, Candela harta me grita “YA BÁÑATE!”. No cierro la puerta con seguro, no vaya a ser que, ya sabes, pase algo.
Empezamos a hacer tareas. Pongo música, le cuento a Cande de las canciones, quién la canta, dónde la escuché por primera vez, por qué se llama como se llama. Me mira de la misma manera como miraba a mi mamá cuando ponía su cassette de Paloma San Basilio camino al cole.
Bajamos a almorzar, doy una mordida y espero 15 minutos (just in case, uno nunca sabe de las alergias) Mientras tanto le cuento alguna historia de viaje a Cande. Mientras tanto también, estoy pensando si alguien alineará chakras virtualmente, puede que me sienta así porque algo debe estar torcido por algún lado. Mando un par de mensajes por IG.
De pronto me acuerdo que tengo entrada para ver una webada por zoom, me encanta cuando, gracias a mi saturación mental me olvido de las cosas, y me sorprendo yo misma.
Conecto todo y me siento en el sillón hecha trapo. Si me muevo mucho me caigo de todas, de hecho me está doliendo un poco el brazo izquierdo, o es por las pesas o es el fin. Yaquechucha, que sea lo que tenga que ser.
De pronto algo de la información realmente inservible que me dan en este zoom me hace reír, pero realmente reír, con saltito de pecho. “Csm!!!! Me faltaba eso!”. En paralelo empiezo a pensar cuándo fue la última vez que me reí con fuerza, creo que fue hace un par de semana grabando con el Cacash. Pero de verdad verdad verdad, creo que fue en el verano del 2018.
Me acuerdo con quién estaba en ese momento, “Este Conchesumadre!!!!” digo.
Me acuerdo por un micro segundo que hace 3 noches de pura “empoderada” le di like a su foto en IG. “Tome su like buen señor!” Acá estoy, por más que hace 8 meses (pudiendo haber sido tu último concierto pre-covid, CTM) muy elegantemente rechazaste mi invitación al concierto de Alejandro Sanz. “No, gracias!” me dijiste, “Más bien un servicio, qué tal si empiezas a entender que no quiero nada contigo”. Me ordeno no distraerme, esta historia sobre la vida y poder de Ricardo Montaner está siendo realmente reveladora.
Terminan el ppt y de pronto me doy cuenta que no me duele nada, o sea, nada fuera de lo normal. Serán las endorfinas del medio litro de helado de vainilla que me acabo de empujar, pienso. Agarro mis audífonos y me paro en el balcón a 9 pisos del Pentagonito. “Esta gente no cree en ni mierda” pienso mientras veo a la gente post-Jalowin haciendo picnic, las nubes están pendejas, parece que va a llover, pienso por un segundo, y me acuerdo que en Lima jamás llueve.
Empiezo a redactar mentalmente estas 2285 palabras que acabas de leer. Saco mi laptop y la pongo al filo del balcón “Valiente eres, no mierda?” me digo a mi misma, “Claro, si le doy like a su foto a las 3:00am (Hora Lima) para que sea lo primero que vea a las 9:00 am (Hora Paris), cómo no voy a pararme al borde del balcón a escribir?”
Tengo pendiente de entregar 4 cosas que dependen única y exclusivamente de mí. Estoy parada en mi balcón hace 3 horas exactamente. Hoy mi procrastinación ha cruzado el límite absoluto de la cordura. De por sí, para alguien como yo es super difícil ponerse en disposición para escribir. La inspiración me agarra en los lugares y momento menos precisos. Y de hecho no me ayudo mucho tampoco, porque ni bien llega me pongo audífonos. Y si de por sí los pensamientos en mi cabeza se complican para encontrar un orden, se complican más aún cuando se dan cuenta que para poder ordenarse necesitan música, que es casi como querer vestirse mientras no terminas de salir de la ducha.
Tengo las manos y pies congelados, lo tengo mentalmente apuntado por si mañana tengo más frío de lo normal. De la nada Shakira empieza a cantar:
“Ya sé que no vendrás
Todo lo que fue
El tiempo lo dejo atrás
Sé que no regresaras
Lo que nos paso
No repetirá jamás”
“Qué mierda de canción, putamadre.” “Qué vas a saber tú del amor, oye?, Tú que le dedicaste “Días de enero” a tu ex”.
Adelanto y empiezan los hermanos Primera con esa lluviecita metálica:
“Te tengo presente
de sol a sol
estás en mi mente
y en mi corazón”
La mierda, lo único que tengo presente es que no he hecho nada de lo que dije que iba a hacer hoy domingo. Y eso que hoy hice mi lista de pendientes titulada “Como que te llamas Grazia Dianora Sofia HOY terminas esto” seguido de 9 pendientes. Hice los 5 más fáciles como despertarme y no morir en el intento, quedan 4.
Bueno fuera que este texto sirviera como Sílabo, Expo para taller, Guion de Obra de Teatro y Trabajo de Maestría. Claramente no es ninguno de los anteriores, pero me va a servir para darme cuenta que incontables pensamientos intrusos pueden ser domados por 60 canciones, un té con limón y varios cientos de “yaquechuchismos”.
Estas 2694 palabras las voy a mandar como avance, YA QUE CHUCHA!